jueves, 4 de febrero de 2010

Una Novela Que Llegó A Su Fin

Una de las grandes novelas del año ha llegado a su fin. No no, no se trata de una producción de Pol-Ka, Ideas Del Sur o de Cris Morena, aunque bien podría tratarse de una ficción de las que se ven a la hora de la cena. Finalmente la destitución de Martin Redrado como Presidente del Banco Central de la Nación es un hecho. Todo comenzó cuando Redrado se manifestó en contra del uso de las reservas nacionales para el pago de la deuda, como propone el Plan Bicentenario presentado por el oficialismo, lo que desencadenó en el enojo de Cristina Fernandez de Kirchner.

Rodeado. ¿Realmente el gobierno le habrá prohibido el ingreso o habrá sido por la cantidad de periodistas que Redrado no podía entrar al Banco Central?

La Presidenta, obviando la Carta Orgánica del Banco Central, mediante un decreto de necesidad y urgencia, destituyó a Redrado de su puesto. ¿Qué indifca la Carta Orgánica anteriormente mencionada? Que para estas situaciones se debe recurrir a la comisión bicameral para que estudie la situación y llegue a una sentencia que no es determinante, sino como una suerte de consejo al Poder Ejecutivo; el cual, si lo desea, puede reafirmar el decreto o anularlo. Hasta que se reunió la comisión bicameral y realizó su dictamen pasaron una infinidad de cosas: Redrado que por orden del Poder Ejecutivo no podía ingresar al Banco Central, se nombrara un presidente interino del mismo e, incluso, hasta que Martin Redrado presente la renuncia a su cargo. El día Martes se conocío la resolución de la comisión bicameral, la cual resultó en favor al oficialismo, la presidenta de la nación mantuvo en pie el decreto de necesidad y urgencia y Martin Redrado debió dejarle su lugar a Mercedes Marcó Del Pont (presidenta del Banco Nación) en la presidencia del Banco Central.

Valientes. Las idas y vueltas respecto a la presidencia del Banco Central pareció una novela producida por Adrian Suar.

A mi criterio toda esta situación se trató, una vez más en nuestro país, de cuestiones burocráticas y politiquería barata para venderla a la prensa y que se tapen otras cosas. Mientras los grandes medios de comunicación que alzan el estandarte del periodismo independiente y la libertad de expresión sólo se mueven por conveniencia o cuando se ven afectados sus intereses y el gobierno utiliza los medios estatales para victimizarse con la denuncia de una campaña en su contra o mostrar sus "logros" de su mandato estoy seguro que muchisimos argentinos aún no sabemos de que trata el Plan Bicentenario o lo delicado que es el uso de las reservas de la nación. Al menos cuando encendamos la tele, prendamos la radio o leamos un diario ya vamos a saber que Redrado no va a estár más en su despecho, vaya a saber con que humo nos van a tapar ahora.

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